Youtube y Los intereses de los niños.
Daddy Finger es uno de esos vídeos que acumula millones de reproducciones en YouTube. Exactamente, o al menos mientras se escriben estas palabras, 30.503.250.
Son muchas reproducciones y son muchos visionados, que vienen acompañados por unos cuantos comentarios entusiastas. Sin embargo, no es un contenido para todo el mundo.
Sus imágenes simples y su música repetitiva pueden resultar bastante saturantes y pesadas. Si esto pasa es porque, seguramente, uno no es el público adecuado para este contenido.
Es probable que si se tienen más de cuatro años, la cancioncilla tenga el mismo efecto en quien la escucha que si le estuviesen perforando el cerebro.
Lo que está bastante claro es que la canción no habría aparecido entre los vídeos para ver si no la hubiese buscado y que YouTube, de entrada, jamás me la habría recomendado.
La importancia del contenido.
Y es que el contenido es uno de esos que tiene su público y su público entusiasta, algo que YouTube sabe muy bien. Es uno de esos vídeos para lo que en inglés se llama toddlers, un término de difícil traducción al castellano.
Se podría optar por hablar de niños pequeños o preescolares, pero lo cierto es que el término define un momento exacto de la infancia (entre 1 a 3/4 años).
Es un momento de la vida en el que YouTube ha encontrado, quizás sorprendemente, a un público entregado.
Lo cierto es que no es necesario tener hijos, ni siquiera hijos de esa edad, para verlo. Solo hay que sentarse en un restaurante un día cualquiera y ver lo que hacen las familias.
No es nada difícil encontrar a alguna que siente al niño en su silla y le plante delante una pantalla móvil.
La pantalla estará conectada directamente con YouTube y en ella se reproducirán contenido tras contenido de esos que a los adultos parecen empujarlos hacia el fastidio pero que estos espectadores adoran y ven una y otra vez.
Si hace unos años todo el mundo parecía rasgarse las vestiduras porque la televisión se había convertido en la nanny, ahora lo mismo podría decirse de YouTube.
El entretenimiento de muchos niños.
YouTube se ha convertido en la fuente interminable de entretenimiento para niños, mucho más ahora que ha creado una aplicación especial para ellos.
Ha hecho que un algoritmo seleccione contenidos apropiados (aunque no siempre funciona, como han dejado claro algunos análisis) y cree una parrilla específica sobre la que los niños pueden navegar y en la que pueden acceder a contenidos.
¿Cómo funciona el algoritmo y qué está creando? Esa es la pregunta que se han hecho en un análisis en The Atlantic.
La burbuja del algoritmo.
De entrada, se podría decir que el algoritmo crea burbujas de contenidos.
Los niños están viendo una y otra vez el mismo tipo de contenidos y contenidos que se parecen hasta el aburrimiento y lo hacen porque eso es lo que la plataforma les sirve.
Si un tema se pone de moda, ese tema se convertirá en la tendencia. Por ejemplo, ahora que la Patrulla Canina causa sensación, se ha convertido en tendencia y el algoritmo le da prioridad.
Pero este no es el único punto: a medida que los creadores de contenidos ven que algo funciona, la idea es explotada hacia la saciedad.
Ocurre por ejemplo:
Con los vídeos que analizan resultados de huevos sorpresa, con su look and feel un tanto casero. Los creadores han visto que triunfa y han entrado al saco con ello.
Pero, por otra parte, el algoritmo es el que toma todas las decisiones.
Los contenidos no están escogidos por una persona que crea una parrilla, como ocurre con la tele, sino por un algoritmo que tiene en cuenta las tendencias y también las preferencias del niño y lo que la familia ha marcado.
Esto ha creado, por otra parte, la misma tendencia que lleva años marcando cómo se enfoca las búsquedas.
Si creamos contenidos escritos de un modo para que Google los encuentre, también los creadores de contenido hacen ciertas cosas porque saben que el algoritmo los premiará.
Como apunta una creadora de contenidos, al final es el algoritmo el que marca la agenda. Por otra parte, el algoritmo también tiene un cierto punto de limitación.
Una vez que el algoritmo mete a un canal en un saco de contenidos, cambiar lo que se hace puede resultar peligroso.
«No puedes saltar de un tema a otro», dice. Si eres un canal que hace vídeos de colores, serás un canal que haga vídeos sobre los colores.
Distintos contenidos.
El algoritmo es decisivo porque ha hecho que las pautas de lo que triunfa sean claras, pero no es el único elemento a tener en cuenta a la hora de explicar qué triunfa en YouTube en la apuesta infantil.
También es importante recordar que los contenidos tienen que verse desde el punto de vista de quienes lo van a consumir.
Esto hace que, por ejemplo, haya muchos vídeos con aspecto amateur que funcionan y que lo que acumula más y más visionados sea un tipo de contenido que no es necesariamente lo que un adulto vería.
Uno de los vídeos infantiles más populares, con miles de millones de visionados, es un vídeo ruso sobre una niña y un oso, en el que nadie habla pero se cuenta una historia.
Y en general, se podría decir que estos vídeos triunfan porque son cortos. Los niños quieren saltar de un contenido a otro y tienen una ventana de atención más limitada.
La culpa no es necesariamente de internet, sino que es así como funciona en general su consumo de contenidos.
De hecho, no hay más que pensar en un clásico Barrio Sésamo para comprenderlo. La historia se fraccionaba en breves fragmentos de contenido.